martes, 31 de julio de 2007

¡Al rico rice!

Gracias a la Lectora Infatigable he conocido este santuario del vicio gastronómico: Rice to Riches.
El local, situado en el número 37 de Spring Street (la frontera norte de Little Italy) está dedicado por entero al pudin de arroz, o lo que en España sería, más o menos, el arroz con leche. Sin embargo, las claves del éxito de este local están, en mi opinión, en estos tres puntos:

  • La extensa variedad de sabores. Están tan ricos, que quieres probarlos todos. Y eso crea clientes fieles. Ejemplos de sabores: stubborn banana, sex, drugs and rocky road, fluent in french toast, o (mi nombre favorito) hazelnut chocolate bear hug.
  • Un luminoso, moderno y elegante local donde la forma de la elipse predomina hasta en los taburetes. El grano de arroz como elemento subliminal. Y, hablando de arroz, si no habéis pinchado todavía, no os perdáis la web. Es espectacular.
  • Una filosofía donde se rinde culto al postre y a las calorías con un atrevido y contracultural sentido del humor. Podemos encontrar frases como: "Todas las calorías que consumas son para ti", "Come todo lo que quieras... ya eres gordo", "Límite: 500 pudins por persona" o "Comer tres comidas sanas al día sólo sirve para estropear tus ganas de tomar pudin". Brillante (nunca mejor dicho).
Hay un pudin de arroz para cada uno de nosotros. Y apuesto lo que queráis a que cualquiera que los pruebe en Rice to Riches, tarde o temprano, querrá repetir.


OLI I7O

lunes, 30 de julio de 2007

¿Voy o no voy?

Menudo concierto. El póster lo dice todo. Desde luego, que ganas de ir no me faltan.

Ya he mirado las entradas... Tengo que hacer cuentas. Y tengo que darme prisa, que vuelan.

Dios mío... odio esta doble presión.


OLI I7O

viernes, 27 de julio de 2007

Flora y fauna de Nueva York (3)

Os presento a Balto y a Brooky.
En enero de 1925, una epidemia de difteria amenazó con acabar con la mayoría de la población infantil de Nome, una pequeña ciudad de Alaska. La única antitoxina que podía contener esa epidemia estaba en Anchorage, otra ciudad situada a más de 1500 km de Nome. Tras barajar varias opciones, las autoridades decidieron que el transporte por trineo, en pleno invierno, era la mejor opción.

Pudieron llevar las medicinas en tren hasta Nenana. Pero desde ahí, aún quedaban unos 1000 kilómetros de paisaje congelado por atravesar.

Leonhard Seppala, dueño de varios huskys siberianos, organizó sendas expediciones lideradas por Balto (de tres años de edad) y Togo (de doce años). El propio Seppala llevó las riendas del trineo de Togo, mientras que dejó esa labor a Gunnar Kaasen en el caso de Balto, ya que no lo consideraba un perro excepcional.

Balto, al igual que Togo, consiguió guiar con éxito a su expedición. Era la segunda opción de Seppala, y, pese a recorrer una distancia menor que el otro, llegó a ser más famoso, hasta el punto de que en 1995 se hizo una versión en dibujos animados de su historia, con más o menos rigor, pero muy entretenida.

Balto es poco más o menos que un héroe nacional. En Central Park se encuentra el monumento a Balto, en el que una placa conmemorativa relata brevemente los hechos. Está en la zona más infantil del parque (junto al zoo). La historia de Balto siempre me ha atraído mucho, porque es de esas historias en las que la realidad supera a la ficción.

Brooky es el gato de mi edificio. Hace una labor antiepidémica similar a la de Balto cuando caza alguna rata de las que a veces (sólo a veces) se ven por la calle. Para mí, Brooky también es un héroe. Mejor dicho, heroína.


OLI I7O

miércoles, 25 de julio de 2007

Rallado, pero cumpliendo

Como me gusta cumplir mis promesas, aquí os dejo otra foto de un atardecer en el puente de Brooklyn, en otras condiciones meteorológicas muy distintas a aquéllas. Por cierto, que me he rallado mucho al fijarme en la foto ampliada de la otra entrada, donde la nube central tiene forma de caballo.
Eso sí, el tiempo sigue sin satisfacerme mucho.


OLI I7O

domingo, 22 de julio de 2007

Bogart Street

Bogart Street, en Brooklyn, es una calle llena de fábricas metalúrgicas y cementeras. Un lugar por el que nadie querría dedicar más tiempo del necesario en atravesar. El trasiego de camiones y las máquinas a pleno rendimiento hacen casi insoportable caminar por allí. Pero si llegamos al final de la calle, justo donde empiezan a verse árboles, en la parada de metro de Morgan Avenue, descubrimos tres locales consecutivos muy especiales.

El primero de ellos es Brooklyn's Natural, un encantador supermercado de comida ecológica (ellos la llaman orgánica, un nombre que me inquieta mucho). Por fuera, varios grafitis de simpáticos personajes hacen que inevitablemente sientas curiosidad por entrar. Ya dentro, encontramos un local muy limpio, libre de feos carteles que anuncien ofertas y con frutas colgadas del techo.
Pegado a Brooklyn's Natural está el Archive Cafe. Es una pequeña cafetería donde además, alquilan películas. La selección de DVDs es sorprendentemente grande, para el poco espacio que dedican. El café que sirven no es maravilloso que digamos, pero es de esos locales en los que, por alguna razón, te apetece quedarte un largo rato.
El tercer local, de inconfundible rojo en su fachada exterior (se ve en la penúltima foto), es Ad Hoc, un espacio que alberga a un colectivo de artistas llamado Peripheral Media Projects. El objetivo, según su página web, es "despertar conciencias y llamar a la transformación social a través del arte y la moda".

Vamos, que venden camisetas muy bonitas.


OLI I7O

sábado, 21 de julio de 2007

Beer Garden

El rótulo de este local de Queens (24th Avenue con 29th Street) deja bien claro que es un lugar donde se bebe cerveza. ¿Por qué la gente hace esa cola? ¿Por qué hay un segurata? ¿Qué hay dentro?Pues nada en especial, la verdad. Nada que no pueda encontrarse en cualquier verbena de pueblo en España, Perú o Argentina. Cerveza de muchos tipos, patatas fritas, perritos calientes, un montón de mesas alineadas al aire libre, y poco más. Eso sí, recorrer una hora y cuarto de tren, sólo para tomar cervezas, tiene su aquel. Y además, en Queens, un barrio que desde el primer momento, me ha provocado rechazo.
Pues en ese lugar, aun sin tener nada de especial, pasé un rato delicioso con mis amigos, riéndonos y conociéndonos un poco más.


OLI I7O

martes, 17 de julio de 2007

New York City of Angels

Que levante la mano el que crea en los ángeles...
Si me lo permitís, voy a bajar la mía para seguir tecleando. Casi todas las religiones coinciden al definir a los ángeles como seres divinos que traen un mensaje a los humanos. Suelen manifestarse sutilmente: a través de una mirada en el metro, con una canción, en el reflejo de una ventana, mediante de las palabras de un extraño...

Ésta última forma suele ser la más habitual, porque al emisor del mensaje le gusta ponernos a prueba para ver si somos capaces de abrirnos a un desconocido. Yo creo que el muy cabrito disfruta viendo cómo perdemos la oportunidad de escuchar a un ángel cuando éste se acerca a nosotros. Es más, posiblemente inventó el iPod para que ni siquiera tengamos que fijarnos en lo que nos rodea. Le gusta ser selectivo.

Os contaré la versión reducida de lo que ha ocurrido hoy. Estaba en la galería de arte, ordenando unos estantes y pensando en el día que vuelva a España y tenga que reconstruir la zona cero de mi futuro laboral. "Pufff... Va a ser complicado.", pensaba.

De pronto, un auditor que revisaba las cuentas de la galería (suelen acudir a las empresas un par de días al año), se acerca y me dice: "Tienes cara de felicidad. ¿Te gusta tu trabajo?" "¡Claro! Disfruto haciéndolo, porque cada día saco lo mejor de mí, y eso me basta". Entonces, me responde: "Mira: aquellos que disfrutan en su trabajo, sea cual sea, son personas benditas".

En ese momento, lo ví claro: un ángel se había manifestado a través de aquel señor. Y, por si quedaba alguna duda, volviendo a casa, me encuentro por la calle al hombre de la foto superior.

Me encanta sentir esos destellos. Refrescan mi alma, me hacen pensar que voy por el buen camino y me recuerdan algo que aprendí una vez y no quiero que se me olvide nunca: que las personas estamos hechas de sincronías y destellos.


OLI I7O

lunes, 16 de julio de 2007

Goodbye Blue Monday

Mira que pasaba veces por delante de este lugar, y nunca me decidía a entrar. Me chocaba tanto ver esa entrada entre chatarrera y artística que mi cerebro se resistía a pensar que aquel lugar fuese algo extraordinario en una calle donde sólo hay lavanderías, delis y tiendas de ropa ancha. Pensaba: "Será el almacén de un sin techo". Sin embargo, el día que me decidí a cruzar esa puerta, tuve que rendirme a la evidencia: Goodbye Blue Monday es un lugar extraordinario.
¿Qué es Goodbye Blue Monday? Yo lo definiría como un lugar de reunión social. Puedes tomar café. Puedes tomar cervezas. Puedes ir cada noche a ver actuaciones en directo. Puedes coger cualquier libro de las estanterías de la pared y leerlo sentado en un sillón. Puedes vender o comprar cosas. Puedes navegar por internet. Puedes participar en talleres de arte. Y si vienes en fin de semana, puedes apuntarte a una de las barbacoas que organizan en el patio trasero.
Goodbye Blue Monday es original desde el nombre hasta los baños. El nombre, por cierto, según esta entrevista en el Gothamist, se debe al libro El Desayuno de los Campeones, de Kurt Vonnegut. Tienen un blog con bastantes enlaces y un myspace con la programación de actuaciones.
Me cuesta acostumbrarme a que en cualquier rincón inesperado de Nueva York puede esconderse una joya. Para mí, conocer esta ciudad no es una cuestión de miradores en rascacielos. Conocer esta ciudad implica necesariamente fijarse en esas puertas que a simple vista pasan desapercibidas. Pero, sobre todo, implica cruzarlas.


OLI I7O

domingo, 15 de julio de 2007

Zzzzzzztonewall

Siempre que le digo a algún neoyorquino que soy de España, una de sus respuestas más frecuentes es: "¡Oooohhh! ¡Qué envidia! ¡Podéis dormir la siesta!" Vaya por Dios, ¿es que hay que ser español para echarse un rato a dormir? Es como si yo dijera: "¿Eres americano? ¡Oooohhh! ¡Qué envidia! ¡Podéis comer perritos calientes!"

o-O-o

¿Por qué en Nueva York cabe todo? ¿Por qué es la ciudad de las mil culturas, las mil formas de pensamiento y las mil maneras de vivir? Porque en un par de metros cuadrados, puedes encontrar cosas como ésta:


La foto está tomada en Christopher Square, en el corazón de Greenwich Village. Justo detrás de ese banco está el Stonewall Inn, el bar de la comunidad gay más importante del mundo.

Este bar es importante porque el 28 de junio de 1969, hubo una redada sorpresa que chocó con la resistencia de toda la gente que allí se encontraba. Para más inri, la comunidad gay estaba muy sensibilizada por la muerte una semana antes de Judy Garland, la famosa actriz e icono gay. La leyenda cuenta incluso que en el momento de la irrupción de la policía, sonaba Over the Rainbow, que ya entonces era un himno gay. Desde entonces, el Día del Orgullo Gay se celebra en ese fin de semana.

Estos tipejos de la foto están durmiendo la siesta junto al Monumento de Liberación Gay de Nueva York, consistente en unas estatuas de parejas homosexuales a tamaño natural, integradas entre la población, sentadas en un banco, y charlando. Viéndolos dormir tan profundamente junto a las estatuas, no sabría decir quién llegó antes a ese banco.


OLI I7O

sábado, 14 de julio de 2007

Bataka Park

No, estas fotos no están tomadas en el Parque del Buen Retiro de Madrid, sino en Battery Park, en el bajo, bajísimo, Manhatan, donde el río Hudson deja de ser río y ya no queda más isla para patear hacia el sur.

Hoy había una tamborada allí. Hay un monitor que da clases de timbales mediante secuencias sencillas, para todos los públicos, con numerosas interrupciones entre una y otra. No era, ni de lejos, las jam-sessions que se montan en la fuente de los leones del parque madrileño. Hoy me ha faltado ese continuo trueno de tambores que escuchas desde que dejas atrás la Puerta de Alcalá.

Aquí, en Battery Park (a partir de ahora, "Bataka Park"), hay un complejo residencial con unos enormes jardines públicos. Es una zona idónea para hacer picnics, porque Central Park suele estar masificado los fines de semana. Es aquí donde se reúnen para dar clases de timbales. Otros sitios de reunión de timbaleros son Union Square (pocas veces) y Washington Square (cuando no son engullidos por los country-boys, unos desalmados que con sus gorgoritos no dejan a los jugadores de ajedrez concentrarse)

Lo que yo quiero destacar es que en Nueva York hay gente para todo. A muchos de los que hoy estaban tomando clases de timbales les pilla un poco lejos esa cultura, pero me maravillo al ver cómo un gringo con esos ridículos shorts de Old Navy dedica toda su atención y empeño en aprender a hacer tam-tam.


OLI I7O

jueves, 12 de julio de 2007

Mi zona cero

La Zona Cero de Manhattan es como la Sagrada Familia de Barcelona: siempre que uno va a visitarla, las obras han evolucionado desde la última vez. Es un monumento dinámico, que uno no imagina que alguna vez se completará, si bien esa fecha (en el caso de la Zona Cero) está marcada para 2010: tres años desde este momento.

En seis años que han pasado desde el derrumbe de las torres, aún están construyendo los cimientos de lo que será el nuevo World Trade Center. Los primeros dos años fueron dedicados a remover el terreno, y a decidir qué se iba a hacer en ese gigantesco solar. En los tres años que quedan, tienen que terminar los cimientos y levantar la gigantesca Freedom Tower.
Las personas somos zonas cero. Cuando algo nos derrumba, tenemos que dedicar la mayor parte del tiempo en construir cimientos. Una vez reforzados, ya podemos empezar a construir hacia arriba.

Por eso me gusta de vez en cuando pasar por la Zona Cero. Porque pienso en lo que soy, en lo que era y en lo lejos que parecía todo antes de dar el paso y venir. Me gusta visitarme y ver cómo han evolucionado las obras de mi zona cero. Aún no puedo intuir qué se va a construir, pero lo que sí sé es que será... grande.


OLI I7O

martes, 10 de julio de 2007

Café Reggio

Siempre que paso por Greenwich Village, me invento una excusa para hacer un alto en el camino y entrar al Café Reggio, en el 119 de MacDougal Street, junto a Washington Square. Es mi cafetería favorita. Para empezar, el café en sí es delicioso (recomiendo el capuchino), y es aún mejor si va acompañado de alguna tarta, como la especial de zanahoria.
Está en una zona llena de cafeterías, donde hay guantazos por un asiento en las terrazas. Sin embargo, en el Café Reggio no importa que tengas que sentarte dentro. La decoración recrea el Renacimiento Italiano del Siglo XVI, y la madera viejísima que te rodea hace fresco y acogedor el lugar. Aquí, según parece, está la máquina de capuchino más antigua de América (fabricada en 1902). También merece especial atención el banco de madera tallada que preside el interior.

Todo empezó como una broma. Antes de que fuera una cafetería, el local era una barbería. Al dueño le decían constantemente que tendría más éxito si se dedicaba a vender café, y él aceptó las sugerencias. En 1927 transformó el local y pasó a ser la cafetería que hoy os enseño.

Además, el local está cargado de historia cinéfila (aquí se rodaron escenas de El Padrino, Parte II) y, por supuesto, como cualquier esquina en ese barrio, historia mitómana: gente como Jack Kerouac, Bob Dylan o Elvis Presley también se inventaban excusas para hacer un alto en sus caminos y detenerse en el Café Reggio. Probablemente también significaba mucho para ellos.


OLI I7O

domingo, 8 de julio de 2007

Necrófobo/Infómano

Cuando la blogofrenia se psicosomatiza, aparece la gente de carne y hueso. La gente que está detrás de las palabras, y proporcionan buenos momentos como éste, el pasado domingo, con Elena. Dos fotos cruzadas, en dos entradas cruzadas, para una sola ciudad; la ciudad contenedora de ciudades.

Hasta pronto, Elena,


OLI I7O

viernes, 6 de julio de 2007

Temas pendientes

En lo que llevo de tiempo en Manhattan, por una extraña razón, me he encontrado una gran cantidad de pendientes por el suelo:

Pero no es éste el tema central de la entrada. Para empezar, quería daros a todos las gracias por apoyarme en la distancia con esta no-gripe que me está manteniendo bajo mínimos. Como dice un amigo, "sólo hay algo peor que enfermar lejos de tu país: estar en prisión lejos de tu país" (tendré que pedirle que me amplíe ese comentario).

Creo que lo peor ya ha pasado. Fue anoche cuando tuve los peores delirios febriles que he tenido en mi vida. Recuerdo conversaciones conmigo mismo en lenguas extrañas, algo con lo que el Padre Karras se habría puesto las botas. Yo he amanecido abrazado al poto, chapoteando en el charco de sudor en que se había convertido mi cama, mientras el ventilador removía el aire como si fuera mayoneeeesaaaaaa.

Ahora están por ver las causas de este malestar, pero puede ser cualquier cosa: desde respirar en el túnel de metro, hasta constatar que los medios han dejado de lado a España en política internacional (nos equiparan con Francia: unos traidores) Incluso podría ser debido a inhalar constantemente la no-menta de mi habitación para tratar de hacerme una opinión sobre su especie.

Camille, no hacía calor. El 4 de julio llovió prácticamente todo el día. Aquí me siguen prometiendo que pronto llegará el calor, pero yo empiezo a no creérmelo. Antes de darme cuenta, estaremos en septiembre y habrá pasado el verano.

En estos días, ha llegado un nuevo amor a mi vida: aquí la podéis conocer. ¡Me encanta! Es pequeña y manejable, como a mí me gustan... Gracias a ella, y pese a estar enfermo, he podido hacer mis deberes blogofrénicos. No sin dificultades, logré subir a la terraza de mi casa, donde hay una buena vista de Manhattan, y grabé este vídeo. Se intuye el Empire State iluminado, y se puede ver el tren M pasando por delante. Así que, aunque haya mejores vídeos sobre ese evento (yo mismo hubiera ido a grabarlo a East River Park), se puede decir oficialmente que ví los famosos fuegos artificiales del 4 de julio. La pena es que me perdí eventos tan frikis como el concurso de engullidores de perritos calientes de Coney Island o el desfile puramente americano de la Quinta Avenida.

Tengo muchas cosas pendientes por contar, pero en un par de días estaré al 100%. Gracias de nuevo a todos,


OLI I7O

miércoles, 4 de julio de 2007

Jodido el 4 de julio

Llevo unas 24 horas enfermo, con una gripe yanqui, que son como las gripes europeas, pero delirando en inglés porque la televisión del salón te confunde aún más. Me duelen los huesos, la garganta, estoy destemplado y tengo fiebre. Si giro la cabeza, los ojos van detrás con cierto retardo.

Mis compañeros de piso han aportado su granito de arena a la causa: Dave me ha dejado una manta, Joey me ha dado una extraña píldora gris multivitaminas, y Brady ha bajado el volumen de la tele.


OLI I7O

martes, 3 de julio de 2007

Danza de la buena

Anteayer pude asistir como espectador a un espectáculo de danza en el Ailey Citigroup Theater (405, W 55th Street, en la zona de Times Square). Se trataba de In Flight, de la compañía de danza de Caron Eule.

La diversidad de géneros fue la nota predominante del montaje. Había números tales como un divertidísimo slapstick tipo años 20, la íntima recreación de Adán y Eva (foto superior), una radio novela a ritmo de swing (foto inferior), o un colectivo montaje tipo Fama que llenaba el escenario de color y dinamismo.
La música era perfecta para cada número, los bailarines eran de un altísimo nivel (perdieron alguna sincronía, pero bueno) y las coreografías eran una continua sorpresa. Sólo pondría un pero: entre número y número, encendían las luces, recogían la utilería que hubieran usado, y seguía el espectáculo. Yo soy partidario de no romper nunca el ritmo en un montaje de este tipo, pero supongo que eso también facilita los aplausos entre cada número, bien merecidos, por cierto.


OLI I7O