jueves, 31 de mayo de 2007

Casa de muñecas

Aunque ya hablé en una ocasión anterior de esta casa, aún no había publicado una foto que atestiguase mi presencia. Se trata del número 75 y medio de Bedford Street, en Greenwich Village. Lo de "75 y medio" es muy de Harry Potter, pero la verdad es que este edificio, el más estrecho de Nueva York, no puede ser considerado un edificio normal.
Como veis en la foto, casi puedo abarcar el ancho del edificio. La pregunta que todo el mundo se hace al ver esa casa es: "Pero, ¿está habitada?" Parece ser que sí, aunque yo, siempre que he pasado por delante, he visto las ventanas cerradas a cal y canto y ningún signo de actividad en el interior (si bien, tratándose de un punto turístico de la ciudad, sería lógico tratar de preservar la intimidad al máximo)

¿Y cómo es por dentro esta casa? Tiene una escalera en espiral que comunica los tres pisos (cada uno de ellos, por cierto, cuenta con una chimenea propia) En el primer piso hay una mini-cocina (tan grande como una mesa de escritorio) y el salón, que es la parte más visible desde la calle. En el segundo piso, hay un espacio dedicado a un despacho, y en la planta superior, un dormitorio y un pequeño trastero (madre mía, están como para desperdiciar sitio, ¿no?)

También tiene un pequeño jardín en la parte de atrás, que no puede verse desde el exterior. Y mira que me gustaría poder enseñaros fotos del interior, pero creo que eso me va a costar. La casa es una propiedad privada, y como no ejecute un plan de ingeniería social con sus dueños, dudo mucho que me inviten a tomar café...

Pero tiempo al tiempo.


OLI I7O

miércoles, 30 de mayo de 2007

Frente a Bryant Park

En esencia, ¿qué hace mítica a Nueva York? Ser la llamada ciudad de los rascacielos, si bien hoy día Hong Kong o Shangai probablemente la superan.

Yo siempre me preguntaba cómo se construirían esos rascacielos. Había visto las típicas fotos antiguas de hombres almorzando sentados en vigas a gran altura, pero tenía aunténtica curiosidad por ver cómo son hoy día los sistemas de construcción. Sabía que las grúas eran clave para que el edificio creciese, pero yo sólo había visto las grúas que usaron para desmontar lo que quedó del edificio Windsor de Madrid. Las de aquí no podían ser iguales, porque no se pueden cerrar dos calles para plantar varias grúas. ¿Cómo lo hacen?

La respuesta la encontré frente a Bryant Park, en la esquina de la Sexta Avenida con la calle 42: un precioso parque lleno de sillas y mesas de metal, además de varias zonas de recreo (especialmente campeonatos de petanca) y un pequeño "Great Lawn" parecido al de Central Park. Frente a este acogedor parque, se encuentran las obras de construcción de un impresionante rascacielos.
En estas fotos, se puede ver que las propias grúas están ancladas al edificio por unos sectores. Hacen de pilares de construcción y de grúa, simultáneamente, y el diseño del edificio permite que la grúa encaje como una pieza de lego. Me pareció una buenísima idea, muy acorde con el sentido práctico de los americanos del norte.


OLI I7O

martes, 29 de mayo de 2007

La Maldición de Pe

Tengo una maldición que me persigue, que yo recuerde, desde que tengo uso de la razón. Mucha gente piensa que me llamo Pedro, como mi padre o mi hermano. Así que lo de "Pe" no va por esta chica.

Cuando era pequeño, el día 29 de junio (San Pedro y San Pablo), celebrábamos una tradicional cena en casa, con muchos invitados. La mayoría de ellos, ni siquiera sabía que, además del santo de mi padre y mi hermano, era el mío. "San Pedro y San Pablo... es fácil de recordar, creo yo"

Cuando iba al instituto, dado que mi padre era profesor allí, muchos profesores me llamaban "Pedro", directamente. "No pasa nada. Es normal porque piensan que me llamo igual que su colega"

Pero llegué a la universidad, y aquí ocurrió algo. De pronto, muchos profesores que no sabían que mi padre (o mi hermano) se llamaba "Pedro", se confundían de vez en cuando y utilizaban ese nombre. "Estooo... ¿Cómo puede ser? Tranquilo. Me inventaré un apodo para crear una identidad más fácil de recordar que Pablo" Al poco tiempo, nacería "Oli".

Años después, estoy en una fiesta en Nueva York. Conozco a unas personas. Entre cubata y cubata, charlamos un rato. Nos presentamos ("Sí, de España (Europa) ¿Eres de Oregón? ¡Qué interesante!", etc...) y al rato se despiden de mí:

"Hasta la próxima, Pedro"

Aquí en Nueva York, donde soy la persona que me apetece ser en cada momento, todavía me persigue la Maldición de Pe. Es un fenómeno inexplicable. No lo entiendo. No lo entiendo.


Pa

domingo, 27 de mayo de 2007

Alejandría

Ahora es el momento de hablaros de Strand Books. Esta librería (que la conocí, cómo no, gracias a La Lectora Infatigable) es un referente para cualquiera que necesite encontrar un libro en Manhattan (en inglés, eso sí), por muy difícil que parezca esa misión. Situada en Broadway con la 13, por fuera apenas llama la atención (podría ser un local más de comida rápida), pero cuando entramos...
...Laberintos de pasillos con estanterías hasta los topes de libros, agrupados por géneros que yo ni siquiera sabía que existían ("poesía histórica africana"...), mucho personal dispuesto a ayudarte, y lo mejor de todo, cierta facilidad a la hora de encontrar los libros. Gracias a su web, podemos saber si el ejemplar que buscamos está disponible o no. Y una vez que estamos en la tienda, aun siendo ésta enorme, en un par de minutos lo encontraremos.
Yo buscaba un libro en concreto ("La Diosa Blanca", de Robert Graves, que, por cierto, si alguien sabe dónde encontrarlo en español, que me avise), y, pese a que no soy muy bibliófilo (eso lo heredó Pe), por poco salgo con tres libros más.

Strand Books será, a partir de ahora, otro de los puntos clave para visitar de vez en cuando en Nueva York. Es la Alejandría comercial de Nueva York.


OLI I7O

viernes, 25 de mayo de 2007

Ocho aspectos de mi vida

Me ha parecido muy divertida la propuesta de La Lectora Infatigable, así que voy a hacer un paréntesis en mis historietas para participar en el juego que me propuso.

Empiezo con ocho aspectos de mi vida, sin mucho pensar:

  1. Odio escuchar a alguien que se corta las uñas. Ese ¡clic! me mata... tiene un tono que no se puede cubrir ni con un discman a todo volumen.
  2. Me hubiera gustado saber tocar algún instrumento. A veces el cuerpo me pide hacer música y me frustra no poder hacerlo.
  3. Tengo muchas tareas incompletas. Entre ellas, jugar al Monkey Island 3 (que lo compró mi hermano y nunca llegamos ni a estrenarlo, por esperarnos mutuamente para jugar juntos... y de pronto ya éramos mayores).
  4. De pequeño sumaba mejor en binario que en decimal: 24, 24, 60, 90, 24, 36, 36, 102.
  5. Una vez me emborraché en unas fiestas de la facultad de Medicina. Fue más aterrador escuchar semi-inconsciente las propuestas de unos y otros para sacarme del coma etílico, que la propia melopea.
  6. El primer año que entré en el Aula de Teatro, me dí cuenta de que por ahí iban los tiros. Años más tarde, pude cumplir mi sueño de dirigir "Supertot". Incluso pude compartirlo en una carta con el autor (Josep María Benet i Jornet), que me respondió de su puño y letra.
  7. Uno de mis recuerdos más placenteros: tomar café en La Cascina, la primera vez que estuve.
  8. La mayor miseria que he visto en mi vida: niños apartando ratas muertas de una fuente en un poblado de chabolas de Asilah (Marruecos).
Ahora pongo a otros ocho blogueros. He de decir que me ha costado, porque no participo mucho de esto que llaman blogosfera, pero ahí os dejo el marrón...
  1. Anso - Vueltas de Tuerca
  2. Juanmi - JMGH Studios
  3. Seli - Esos recuerdos
  4. Fye - Otro café
  5. Elena - Hasta siempre Elena
  6. Sofía - Este blog es un punto
  7. Simulador - Soy un simulador
  8. Ellas - Cosas de ellas (son cuatro... digo yo que alguna me hará caso, ¿no?)
Las reglas:
  1. El bloguero seleccionado escribe ocho aspectos o hábitos de su vida.
  2. Después, selecciona a ocho blogueros convenientemente enlazados.
  3. Finalmente, deja un comentario en su blog para indicarle que ha sido seleccionado, además del enlace a esta misma entrada.
Enlace a esta entrada. Aquí.


OLI I7O

jueves, 24 de mayo de 2007

Es lo que hay

El domingo pasado, caminando por la calle 42, en pleno Times Square, me encontré con este mendigo. Me quedé tan paralizado que no pude evitar sacarle una foto. Conforme sacaba la cámara discretamente, miraba a mi alrededor por si alguien me recriminaba la desfachatez de llevarme semejante recuerdo a costa de un mendigo. No ocurrió nada de eso.

Apunté con mi cámara, a un metro de su cara, y temí que en ese momento se despertase y montase en cólera al ver su espacio amenazado. Pero eso tampoco ocurrió.

Simplemente saqué la foto y me marché.
Me da mucha lástima. No lo puedo evitar. En su mundo, las papeleras pueden esconder algo de valor. Duermen como si la luz del día o la frenética actividad de las personas no existiese. Y este mendigo en concreto podría tener la edad de mi padre y aparentar veinte años más. ¿A quién le gustaría que su padre viviese así?

Ésta es una de esas entradas con trasfondo que debería evitar porque corro el peligro de meterme en un laberinto de espinos. El mundo es una mierda y nosotros somos unos privilegiados, podría ser el demagogo mensaje. Sin embargo, es lo que hay: glamour y miseria en la gran manzana. La miseria de aquí no es mayor a la de cualquier capital europea, pero posiblemente sí es más llamativa por tratarse del llamado país de las oportunidades.


OLI I7O

miércoles, 23 de mayo de 2007

Apagón

Anoche, al legar a casa, noté algo raro. No había nadie y todo estaba oscuro. Conforme probaba intermitentemente todas las combinaciones posibles de posiciones de interruptores (es decir: on y off), me acercaba a la única conclusión posible: que no había luz en casa.

Era sólo en mi casa. Descartado el problema administrativo, mi compañero de piso me dijo que al día siguiente vendría el técnico a arreglarlo. Perfecto, a ver si es verdad, pero me queda por delante una noche y un desayuno sin electricidad.
Cuando nos vemos atrapados en la oscuridad de un apagón, pasamos por varias fases en un instante. La primera de todas es buscar una linterna. Buscamos una linterna, sólo para que nos ayude a buscar alguna vela que podamos tener en algún cajón. Las velas son nuestro objetivo. Así, sacamos al Indiana Jones que llevamos dentro y tratamos de paliar la escasez de luces con un poco de ingenio.

Pero conforme buscamos las velas, entramos en la siguiente fase: la fase materialista. Pensamos en la carne congelada que probablemente se estropee, cómo nos apañaremos para desayunar al día siguiente, si tenemos algo que caduque y tengamos que consumir en ese momento, que el despertador se habrá reiniciado, si podremos recargar el móvil...

Y encontramos las velas. Con una cerilla, las encendemos, y miramos el espacio de siempre con otros ojos distintos, porque la luz es distinta. Nos sentimos orgullosos porque hemos conseguido crear luz donde hace poco había oscuridad. Nos sentimos como Dios.

La luz de la vela, temblorosa pero reconfortante, nos hace entrar en la siguiente fase: la existencialista. Durante esos momentos en los que no tenemos televisión, internet o la música puesta, todos pensamos una misma idea, pero cada uno con sus palabras. Las mías, simplemente, son: que somos cavernícolas que vivimos en cuevas de cinco estrellas.

Es hora de dormir. Apagamos la vela y de nuevo nos encontramos a oscuras, pero nos acostamos con la esperanza de que al día siguiente haya vuelto de nuevo la luz.


OLI I7O

sábado, 19 de mayo de 2007

Nunca está de más

Central Park es un lugar que llenaría cientos de álbumes de fotos. Por eso, nunca está de más poner alguna de vez en cuando. Ésta, en particular, también es de esas fotos que yo deseaba hacerme algún día: el Great Lawn ("Gran Explanada de Césped", no se complican poniendo nombres) con los rascacielos del midtown de Manhattan detrás.
El Great Lawn en domingo es un microcosmos donde encuentras desde familias enteras, hasta solteros tratando de ligar, gente haciendo deporte, colegios haciendo torneos de béisbol, gente tomando el sol, malabaristas, actores ensayando...

A Central Park, los neoyorquinos le llaman simplemente "The Park". Porque es El Parque. No tiene la historia que tienen El Retiro, o los Jardines de Luxemburgo, pero no deja de ser contradictorio (y van...) que uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad de los rascacielos sea esta maravilla de la naturaleza.


OLI I7O

jueves, 17 de mayo de 2007

Si es que hay que quererles...

Mirad lo que pone en la puerta de las lavadoras de mi lavandería:
(Traducción para dummies: "No colocar personas dentro de la lavadora")


OLI I7O

martes, 15 de mayo de 2007

Lujo que lo vale

De acuerdo: el famoso centro comercial Macy's de Nueva York es enorme (ocupa una manzana entera), pero el Chelsea Market no lo es menos: éste también ocupa toda una manzana, pero el concepto espacial es bien distinto.

A finales del siglo pasado (me refiero al siglo XIX) el Chelsea Market era el más importante horno de panadería, donde se hacían gran parte de las galletas, bizcochos y panes del país. Desde entonces, el edificio ha sufrido varias modificaciones, con partes art-decó (el puente que une los dos bloques contiguos), o la alargada visera del exterior, que ya nos está diciendo que ese sitio es especial.
Para mí, que me encantan estos sitios emblemáticos (sobre todo cuando soy yo el último en descubrirlos, qué triste), el Chelsea Market es uno de los lugares que mayor sorpresa me ha provocado. En el interior, encontramos una larguísima galería llena de tiendas de gourmet, donde el olor a pan recién hecho y el sonido del agua de la extraña fuente que hay allí hacen que sea un lugar especialmente placentero, en medio de una zona ajetreada por la carga y descarga de mercancía de todas las fábricas de la orilla del río Hudson. El hierro y el ladrillo visto son los materiales predominantes, que crean la ilusión de estar realmente en una fábrica a medio terminar, con elementos como la fuente, que es una tubería inconexa, protuberancias de metal que emergen de cualquier parte, o arcos que fueron creados a base de demoler el hueco sobrante.
Se nota que la principal clientela son los adinerados chelseítas que viven en la zona, porque las tiendas son bastante caras. Pero, por darme el capricho de desayunar de vez en cuando un cruasán o un bollo recién hecho, soy capaz de pagar lo que sea.


OLI I7O

domingo, 13 de mayo de 2007

Cosmopolitan espiritual

El otro día me senté en el vagón del tren y a mi lado había un ejemplar del Awake!, una revista de los Testigos de Jehová que imagino que será gratuita. Al ver la portada, no pude evitar cogerla y echarle un vistazo, porque ya sabéis que el batiburrillo religioso que tienen aquí me fascina.

De entre los artículos de la revista, uno me llamó la atención. Se titulaba: "¿Es la persona adecuada para mí?" El artículo en cuestión era una especie de guía tipo Cosmopolitan para saber si tu chico o chica es tu media naranja. Así, igual que en la famosa revista femenina, hay un test acompañado de una serie de citas bíblicas al pie de cada pregunta que te ayudan a conocer si tu churri está en el lado oscuro o no.
En el test podemos encontrar preguntas como éstas:

  • ¿Qué indica su manera de vestir? (Corintios 6:3)
  • ¿Qué tipo de actividades de ocio le gusta? (Salmo 97:10)
  • ¿Es responsable financieramente? (Lucas 14:28)
  • ¿Honra a sus padres? (Éxodo 20:12)
  • ¿Necesita emborracharse para divertirse? (Proverbios 20:1)
  • ¿Cómo demuestra su amor por Jehová? (Juan 5:3)
  • ¿Trata de implicarte en malas conductas sexuales? (Gálatas 5:19) -Tengo que leer ésta-
  • ¿Es celoso y egocéntrico? (Corintios 13:4, 5)
El Awake! tiene otros artículos que prometen. Lo mismo me suscribo y todo.


OLI I7O

sábado, 12 de mayo de 2007

Flora y fauna de Nueva York (2)

En Brooklyn, en la esquina de Willoughby Avenue con Bushwick Avenue (o sea, a dos manzanas de mi casa), hay un curioso lugar que todos los días llama mi atención. Se trata de esta mansión completamente abandonada:
Parece la mansión de Psicosis (agh, tenía que haber puesto una foto de noche). Sin embargo, la casa no está del todo deshabitada. Allí vive un único habitante, que podemos ver si ampliamos la zona del rectángulo rojo:
Es un perro guardián que se pasa las 24 horas del día en la más completa soledad. El pobre me da que quiere más compañía que otra cosa, porque cuando ve que le hago un poco de caso, se pone a mover el rabo emocionado, y yo le tengo que explicar que sólo quiero sacarle una foto para que protagonice la próxima entrada de mi blog. Le explico (en inglés) que quiero hacer una sección de retratos, pero que no me atrevo a pedirle a la gente de la calle que pose para mí, así que de momento estoy haciéndolo con palomas extraviadas en el metro y perros tras una verja de metal.

El pobre animal me dice que me ayudará en lo que pueda, pero que a cambio le cuente cosas cada vez que pase a su lado.


OLI I7O

viernes, 11 de mayo de 2007

Maldita Gran Apple

La verdad es que hay ciertas tiendas que constituyen una atracción turística en sí mismas. La de Apple, sin duda, es una de ellas. Y dado que el otro día me preguntábais por ella, aproveché que andaba por allí anteayer para hacer fotos y enseñárosla.

Mola mucho. Hay artículos que ni siquiera sabía que Apple fabrica. Todos los ordenadores están abiertos para que la gente pueda toquetearlos y conectarse a internet como si fuera un enorme locutorio, pero de pie. Un fast-food de las telecomunicaciones.

En esta foto se ve la esencia de la tienda, con la escalera de cristal que da a la planta calle y la gente detrás conectada a internet:
Y si miramos desde debajo de la escalera hacia arriba, veremos el rascacielos sobre nosotros:
A pocos metros de la de Apple, está la de Disney, y Tiffany's, que no es que me deslumbre, pero un poco de glamour no viene mal de vez en cuando. Y en Times Square, la de Toys R' Us, con la enorme noria en su entrada. Y tantas otras, grandes y pequeñas, que ya iré descubriendo y compartiendo con vosotros.


OLI I7O

miércoles, 9 de mayo de 2007

Cervantes o después... tenía que ir

Era inevitable. Tarde o temprano estaba destinado a ir al Instituto Cervantes en Nueva York. Ya empezaba a pasar demasiado tiempo en esta ciudad y aún tenía pendiente ir, porque el Instituto Cervantes es un referente en las comunidades españolas en Nueva York (aunque para mí lo es aún más La Nacional, el mítico bar español donde la única diferencia con España desde que entras es que allí se paga con dólares).

El motivo de mi visita al Cervantes fue la ponencia en el XVI Seminario de Literatura Infantil y Juvenil de Santiago García-Clairac, uno de los autores contemporáneos más importantes y con más proyección en este género, autor de libros como "El Ejército Negro" (la primera parte de una trilogía de fantasía medieval, un éxito de ventas absolutamente recomendable), "En un Lugar de Atocha", "El Libro Invisible" o "Maxi el Aventurero", todos publicados por Grupo SM.

El Instituto Cervantes (cuyo logo, por cierto, sólo he podido comprender una vez cruzado el charco) tiene una web que parece traducida con una mano en las teclas y la otra en el Collins. Sin embargo, a través de ella pude contactar con el coordinador del simposio, que desde que nos conocimos, me dio un trato especial y se encargó de que todo saliese a la perfección (salvo lo que no estaba en su mano, como la duración extra de algunos ponentes).

El Instituto Cervantes tiene un precioso patio interior, aislado del neoyorquinal ruido exterior de Lexington Avenue:
De todos los participantes, la ponencia de Santiago García-Clairac fue la mejor, de lejos. Fue el último en exponer, y se metió en el bolsillo a un público a esas alturas cansado, algo que no es de extrañar viniendo de alguien que ha sido uno de los mejores publicistas de España (hasta que decidió dedicarse a ser escritor). Fue una ponencia divertidísima, irónica, didáctica y concisa. Justo lo que el público necesitaba a esas alturas.
Después de la misma, nos dieron unas raciones que, nunca mejor dicho, venían racionadas dentro de un tupper individual, como el que aquí os pongo:

Sí. En todas las raciones había cuatro olivas; ni una más, ni una menos. Y el jamón, el lomo, el queso y la empanada estaban riquísimos. Le pregunté al jefe de catering si el jamón era español de verdad y me dijo que "fifty-fifty". No quise seguir preguntando.

Así fue mi primer contacto con el Instituto Cervantes. Y como diría mi abuela, otra cosa hecha.


OLI I7O

lunes, 7 de mayo de 2007

¿Se puede comer bien?

Mi blogofrenia está que revienta, y se me acumulan las cosas por contaros. En mi obsesión de intentar comer bien, siempre he intentado llenar una buena cesta de la compra. Y como tenía pendiente una entrada dedicada a los supermercados, me he ido a dos de ellos para hacer el análisis que tenía pendiente de hacer: Fairway y Food Dimensions. El primero está junto al Cotton Club de Harlem. Es, probablemente, el mejor supermercado de Nueva York, con la mayor variedad de productos, y a precios bastante razonables. Food Dimensions está junto a mi casa, y es, por supuesto, mi supermercado habitual. No es excesivamente barato, pero tiene muchas peculiaridades. Queda fuera del análisis el gran Trader Joe's, que es un tipo de supermercado dedicado a comida sana y ecológica (aunque tengo mis recelos en este tema, pero bueno, ya veremos)

A la orilla del río Hudson, en el extremo occidental de Manhattan, a la altura de la calle 127, está Fairway, un edificio que pasa desapercibido debajo de la autopista elevada de Riverside:

Dentro encontramos cosas como una cata de aceite (que ya os conté en algún correo), donde se pide a los clientes que sean considerados y sólo mojen el pan una sola vez:


Una de las secciones más curiosas es The Cold Room (la Sala del Frío), una sala con una entrada de película de miedo, donde se encuentran las carnes, pescados, lácteos... y (buf) flores:


Otra sección interesante es la de los cafés. Como dije, el café en Estados Unidos no es malo; es sólo que no tienen cultura de tomarlo (ni de hacerlo), pero aquí pueden encontrar una enorme variedad de cafés del mundo:

Hay hasta cuatro pasillos de cereales de todos los tipos imaginables. Vas caminando, y venga cereales, y venga cereales, y venga cereales...

Los estadounidenses adoran las vitaminas. Casi todo el mundo toma complementos vitamínicos de todo tipo, aunque yo evito tomarlos mientras sea posible (si algún día descubro que son la bomba, me voy a hacer vitaminadicto). En Fairway tienen la mayor variedad de vitaminas que he visto:

En Food Dimensions, tienen otro tipo de productos, para gente que le importa menos la calidad. Así como en Fairway apenas hay un par de tipos de colas, en Food Dimensions puedes encontrar pepsis de sabor a cereza, lima, o frutas tropicales. También tienen la famosa pepsi de vainilla, que en el momento de hacer la foto no tenían, pero que incluyo una en la cabecera de la entrada.

En Food Dimensions hay viejos conocidos, como las galletas Príncipe (que creo que se llaman igual, pero no tienen el mismo logo, ni creo que las fabriquen los mismos):


O las galletas María, que éstas sí que son las originales. Incluso me compré un paquete, por un dólar. Y es que la melancolía por mi España querida genera consumismos un tanto extraños (¿a alguno de vosotros le da por comprarse galletas María alguna vez? Las galletas María se tienen, no se compran):

Un artículo común a cualquier supermercado, que no podía dejar de mostraros son las sopas Progresso. Gracias a ellas de vez en cuando tomo lentejas (aunque ni de lejos se acercan a las de Sarita, mi excompañera de piso en Madrid), o la deliciosa New England Clam Chowder, que después de leer este análisis técnico, aún no sé si es sana o no, pero está riquísima.

También podemos encontrar en todos los supermercados y ultramarinos de barrio los productos Goya, famosos por ser de España (un concepto asociado aquí a la calidad) y bastante baratos. No sé quién los hará (lo mismo un día me pongo a investigarlo), pero la verdad es que en general la calidad deja bastante que desear. Eso sí, son baratos.

Aquí tenéis ampliada la prueba de que vienen de España. ¿Alguien los conocía? ¿Quién está detrás de Goya?

Si viviera cerca de Fairway, sin duda compraría allí. Pero Food Dimensions también me hace un buen servicio. Sé que nunca encontraré aquí un Mercadona, así que con lo que tengo me apaño. Es cuestión de saber combinar los elementos que uno encuentra para cocinar con una cierta calidad.

Amigos míos, SE PUEDE comer bien en Estados Unidos.


OLI I7O

viernes, 4 de mayo de 2007

Por la canción

Cuando voy en tren, habitualmente hay varias canciones que me apetece escuchar en momentos determinados. Hoy, sin embargo, me he puesto música sin complicaciones, para pensar en mis cosas y mirar el perfil de Manhattan por la ventana del tren.

Al sentarme en el tren, había delante de mí una joven mujer china con su hija. Al verlas, recordé que ya las había visto un par de veces antes. Estaban en el mismo vagón que las otras veces. Esto es porque los chinos y yo somos gente de costumbres, y solemos elegir el mismo vagón y los mismos asientos en nuestros desplazamientos.

La niña, de unos seis años, era preciosa. Tenía unas gafitas de alambre, y revoloteaba en el asiento, sintiendo curiosidad por todo lo que le rodeaba, tanto dentro, como fuera del vagón. De vez en cuando sonreía a su madre, y ésta le daba un beso.

Era una escena muy emotiva, como un charco que refleja el único rayo de sol en un callejón. En ese momento, mirándola, se me escapó una sonrisa.

La madre me miró, y me pregunta, con el semblante serio: "¿Estás sonriéndole a mi hija?" De pronto me vino de golpe la América puritana, la de que si miras a un niño eres sospechoso de pedofilia. La América que llena portadas del Daily Sun.

Recapacito durante una décima de segundo y finjo que miraba hacia el infinito. Agito la cabeza con cara de sorprendido como si me estuviera dando cuenta de que me están hablando, y me quito los cascos de las orejas. Le digo: "¿Perdón?" Y ella me repite: "¿Estás sonriéndole a mi hija?".

Le respondo lo más inteligente que se me ocurre en ese momento: "No, por supuesto. Es por la canción que estoy escuchando, que me hace sonreír"


OLI I7O

jueves, 3 de mayo de 2007

Un año es relativo

Mirad qué love más grande:


La nieve del fondo es real. La foto la tomé el día de Saint Patrick, en la Sexta Avenida, justo antes de llegar al Central Park, pero estaba esperando a hoy para ponerla. Y es que parece como si hubiera pasado un año desde que llegara aquí. La nieve ya se ha derretido, pero ese enorme love sigue ahí.


OLI I7O

miércoles, 2 de mayo de 2007

Afortunado

Ayer, por mi cumpleaños, mi compañero de piso Dave me llevó a un bar que por poco hace que se me salten las lágrimas de la emoción. Se llamaba "Barcade", en Williamsbourg, cerca de Hewes Street. Es un bar lleno de maquinitas de videojuegos de los años 80. Estaban todas: Arkanoid, Ghosts n' Goblins, Pac-Man, The Frog, Tetris, Out-Run... Jugar una partida costaba sólo 25 centavos. En una pared del bar había una pizarra con los High-Scores (el de Tetris, por ejemplo, llevaba 1190 líneas)

Fue como si pasara mi infancia por delante de mis ojos. Y es que he cumplido 30 años. Es una de esas edades clave en las que uno se supone que se plantea cosas, pero la verdad es que aún siento que tengo mucho por hacer. Cuando cumplí 20 años, alguien me dijo: "En esta década tienes que tener tu vida encarrilada, que luego será imposible hacerlo". Desde entonces, me he pasado muchos cumpleaños pensando dónde estaría a los 30 años.


No sé qué mecanismo diabólico del destino me ha llevado a cumplir los 30 años en Nueva York. Y sobre todo, qué me ha llevado a celebrarlos en el "Barcade". Ha sido como aquella escena de Amelie en la que un señor descubre una caja de latón con los juguetes de la infancia que había escondido de pequeño.

Soy afortunado por haber podido celebrar mi cumpleaños jugando, como cuando era niño. Soy afortunado porque ahora mismo estoy escuchando a Ennio Morricone en la intimidad de la noche mientras os cuento esto. Soy afortunado por todas esas cosas que todavía quiero hacer en la vida. Y no sé si aún tardaré una década o dos, pero sé que mientras lo intente, trataré de no olvidar que la pena no es morir en el intento, sino no saber que estabas vivo.


OLI I7O

martes, 1 de mayo de 2007

Flora y fauna de Nueva York (1)

¿Quién decía que en el metro sólo hay ratas? En la profunda estación de Delancey, línea F, saqué esta foto hace un par de días...


¿Qué son más peligrosas para la higiene, las palomas o las ratas?


OLI I7O