martes, 10 de julio de 2007

Café Reggio

Siempre que paso por Greenwich Village, me invento una excusa para hacer un alto en el camino y entrar al Café Reggio, en el 119 de MacDougal Street, junto a Washington Square. Es mi cafetería favorita. Para empezar, el café en sí es delicioso (recomiendo el capuchino), y es aún mejor si va acompañado de alguna tarta, como la especial de zanahoria.
Está en una zona llena de cafeterías, donde hay guantazos por un asiento en las terrazas. Sin embargo, en el Café Reggio no importa que tengas que sentarte dentro. La decoración recrea el Renacimiento Italiano del Siglo XVI, y la madera viejísima que te rodea hace fresco y acogedor el lugar. Aquí, según parece, está la máquina de capuchino más antigua de América (fabricada en 1902). También merece especial atención el banco de madera tallada que preside el interior.

Todo empezó como una broma. Antes de que fuera una cafetería, el local era una barbería. Al dueño le decían constantemente que tendría más éxito si se dedicaba a vender café, y él aceptó las sugerencias. En 1927 transformó el local y pasó a ser la cafetería que hoy os enseño.

Además, el local está cargado de historia cinéfila (aquí se rodaron escenas de El Padrino, Parte II) y, por supuesto, como cualquier esquina en ese barrio, historia mitómana: gente como Jack Kerouac, Bob Dylan o Elvis Presley también se inventaban excusas para hacer un alto en sus caminos y detenerse en el Café Reggio. Probablemente también significaba mucho para ellos.


OLI I7O

2 comentarios:

~ Aisha ~ dijo...

¿Alguien ha dicho café? Me encanta el café!!!!y el capuchino el mejor (jeje), aun que muchas veces acabo pidiendo el típico café con leche....


Bxetes!!!

Guardagujas dijo...

Mmm... Tarta de zanahoria...